martes, 28 de julio de 2009

Zapater, otro símbolo que se nos ha ido

No me gusta ver a Alberto Zapater camino de Génova. Y no porque me parezca un futbolista decisivo o la estrella del Real Zaragoza. No me gusta porque se va un aragonés, un hombre de la casa de los que siempre tienen que existir en un vestuario. Zapater era puro carácter aragonés, algo que sólo se echa en falta cuando las cosas llegan mal dadas. En la fiesta, el vestuario funciona solo. El problema radica cuando llegan los malos momentos. Es ahí cuando la gente de la casa marca la diferencia. Zapater sólo es el última ejemplo en una lista interminable.

El Zaragoza moderno ha vivido las salidas de Cani, Lafita y Zapater. Hablamos de tres futbolistas de primer nivel que van a seguir luciendo allá donde estén. El primero juega la Liga de Campeones con el Villarreal y sobran las palabra. El segundo volverá a casa después de dos años en el Deportivo de La Coruña como rampa de lanzamiento hacia el Atlético de Madrid. Cuando se consume la operación veremos a un segundo aragonés en la máxima competición continental. Y este verano le ha tocado el turno a Zapater. Llega al Génova como sustituto de Motta, nuevo jugador del Inter de Milán, y con el objetivo puesto en entrar al menos en la Liga Europea.

¿Acaso no podrían estar jugando los tres en el Real Zaragoza? ¿Imaginan un centro del campo formado por Zapater, Lafita y Cani? ¿Tendremos próximamente alguno mejor? Sinceramente, creo que no. Y qué pena me da. Sigamos perdiendo a nuestros símbolos. Así nos va.

Menos mal que al menos podemos contar con Ander Herrera y Raúl Goni. Son los que nos quedan en la primera plantilla y dos futbolistas llamados a marcar la diferencia. Deben ser la base sobre la que ir creciendo. Encarnan como nadie los valores de la casa y serán los encargados de tirar del carro en el futuro. Espero que no sigan el mismo camino que Cani, Lafita y Zapater. No podemos descapitalizar el club. No señor, no podemos.