sábado, 23 de enero de 2010

Bendita locura: razón para soñar

El Real Zaragoza se encuentra en medio de una lluvia de fichajes sin precedentes, tanto en el club aragonés como en la Liga española. ¿Alguien entiende tantos cambios a mitad de temporada? Yo, personalmente, sí. De hecho, es mi razón para soñar. ¿Una locura? Sí. Pero puede que sea bendita, la única manera de sobrevivir. Eliseu, Suazo, Jarosik, Adrián Colunga, Ponce, Contini... Puede que debamos esperar varios partidos hasta que se adapten, acoplen y entiendan. Sin embargo, lo que es seguro es que la plantilla que disponía el Real Zaragoza antes de la apertura del mercado invernal nos iba a mandar a todos a Segunda División (plantilla, técnicos, directivos, aficionados, ciudad, políticos, medios de comunicación...). Por eso veo bien tanta salida y entrada. Adiós a jugadores que no daban la talla y hola a auténticas incógnitas que pueden sacar al Real Zaragoza del fondo del pozo.

La empresa no va a resultar sencilla. Con veinte jornadas por disputarse, los números exigen, a día de hoy, diez victorias. El panorama es desolador, pero puede que podamos creer. Dependerá de cómo respondan los nuevos fichajes y de su capacidad para revertir una situación que devora todo lo bueno que existe en la plantilla. A ver si la alegría de Suazo, Eliseu, Colunga, Jarosik y compañía contagia a Lafita, Ander, Ponzio, Abel Aguilar, Paredes, Diogo, Jorge López o Carrizo y entre todos dan la vuelta al equipo y comienzan a creer en sí mismos para volver a ganar y devolver la ilusión a un zaragocismo desencantado y hundido.

Nos encontramos inmersos en una situación desesperada e increíble. ¿Por qué no se hizo esta revolución el pasado verano? ¿Por qué no se la ofrecieron a Marcelino en su día? Son preguntas que nadie va a responder. Por eso es mejor levantar la cabeza y pensar en el futuro. ¿Se puede ir a peor? Siempre se puede, aunque parece complicado que los nuevos lo hagan peor que los viejos.

Y entre tanto cambio aparece el Villarreal. El Real Zaragoza debe comenzar su escalada en una zona maldita como es la levantina y ante un rival herido. Tiene unos problemas bien distintos a los aragoneses, pero tampoco anda sobrado. Gabi asoma en el centro del campo ante los amarillos. Hasta que se demuestre lo contrario, el madrileño es el mejor futbolista que tiene Gay para mantener su estilo 4-3-3. Gabi es el único jugador de la plantilla que es mediocentro nato con algo de visión de juego para actuar por delante de la defensa. Ander es, de largo, un futbolista con más visión de juego y calidad, pero su lugar está cerca del área rival. Señores, ha llegado la hora de cruzar los dedos y soñar con un futuro mejor. A día de hoy pensar en la salvación parece una quimera y sólo los jugadores pueden cambiar la realidad que nos está tocando vivir. Los futbolistas tienen la palabra. Devolvednos la fe.