viernes, 11 de diciembre de 2009

Arizmendi, ¡cuánto te he echado de menos!

El zaragocismo espera el regreso de Javier Arizmendi como agua de mayo. El delantero es el último clavo ardiendo al que agarrarse. No es un goleador puro, pero, al menos, es un futbolista que se deja la piel en cada balón y se entrega siempre al cien por cien. Es un mínimo que se le debería exigir a todos los profesionales, pero, la verdad, es que hay zaragocistas que no están dando la talla. Al menos es lo que parece.

Señores, estamos en la peor crisis que recuerdo. Las sensaciones que desprende este Real Zaragoza son peores que las del último descenso. ¿Por qué? Porque ahora lo vemos. Con Aimar, Oliveira, Diego Milito y compañía no queríamos ver la realidad. Hoy, todo el mundo ve lo que hay. Por eso es vital que los once jugadores que salten al terreno de juego se dejen el alma en cada acción. Así es Arizmendi, un guerrero del fútbol. Puede que no tenga la calidad y el olfato de un auténtico 9, pero la entrega y el carácter lo asegura todos los partidos.

Sí, echo de menos a Arizmendi. Con él, Lafita y Ander Herrera tendrán un compañero entregado a la causa. Hace falta sangre en las venas, algo que parece faltarle a otros como Pennant. En época de guerra, la clase nunca es suficiente. No voy a discutir la calidad, por ejemplo, de Jorge López o el propio inglés. Sin embargo, el fango de Primera División obliga a dar la vida en cada acción, en cada balón dividido o en cada pelota que parece perdida por la línea de fuera. Es lo menos que debemos pedirle al ejército del todavía general Marcelino. Es algo que tiene Arizmendi y que le falta a otros.

La situación del técnico no podría ser peor. Pase lo que pase, sólo un milagro de talla mundial le mantendría en el banquillo. No me parece justa su salida, pero los resultados mandan. Y más cuando Marcelino ya comenzó la temporada con la soga al cuello. Incluso ganando a Athletic y Real Madrid, el preparador del Real Zaragoza estaría en la cuerda floja y a la espera de un nuevo tropiezo para caer. Es lo que pasa cuando Agapito Iglesias pierde la confianza.

Pero la historia del entrenador es otra. Ahora hay que pensar en salir del pozo de la tabla. Y eso sólo se consigue ganando. La primera piedra en el camino es el Athletic. A los vascos sólo se les gana corriendo más y peleado cada balón como si fuera el único. Zaragoza y Athletic andan igual de calidad, por lo que la entrega y el trabajo es esencial. Y aquí sobresale Arizmendi. Menos mal. Quién me iba a decir que con la lista de ‘9’ que han jugado últimamente en el Real Zaragoza echaría de menos a Arizmendi… Es la realidad que nos está tocando vivir. Qué pena.